淫亂
以西結書第廿三，廿四章
神藉著以西結在本章非常嚴格直接的提到撒瑪利亞和耶路撒冷兩城，就是以色列南北兩國各自的首都，比喻成了兩位同母所生的淫婦。對於 神來說，不追隨祂、把祂拋之腦後，就如行淫一般汙穢和骯髒。
儘管 神一直有保守祂的子民，但他們一直處於拋棄 神去追隨別的神的誘惑之下，尋求滿足一時的快感，不把那永恆的喜樂放在眼裡。神對他們不離不棄，但以色列人只在他們有需要的時候才尋求祂。神覺得自己受到了背叛，覺得自己把所有的愛澆灌在祂的子民身上，然而他們卻去尋求其他人的愛，那些根本不能像那唯一真 神的愛一樣滿足他們的愛。
現在的問題是，如今我們處在什麼狀況呢？你是以什麼狀態站在 神面前呢？祂是你生命中的首位嗎？很多時候我們會把別的事放在第一位，就好像有事能比 神更重要一樣，比如說沒時間禱告或讀聖經，但做一些不是那麼重要的事卻有時間。對 神來說，不把祂放在第一位就是淫亂，所以說我們的責任就是忠於神，因為祂是我們最初的愛。
勿要追隨他事，不要證明自己沒時間給 神，不要犯那屬靈淫亂的罪。要日日用真誠的心來尋求祂。
Flavio Calvo 牧師
Fornicación
Ezequiel 23 y 24
Dios, a través de Ezequiel, es muy duro en este pasaje de la Biblia. Habla de dos ciudades, Samaria y Jerusalén, las capitales del reino del norte y del reino del sur, como si fueran dos hermanas que fornicaron. Dios compara el hecho de olvidarse de él y de no seguirlo como un acto de fornicación, con toda la bajeza y suciedad que esto significa.
A pesar de que Dios cuidó a su pueblo desde siempre, el pueblo siempre estuvo tentado a abandonarlo, a ir con otros dioses, a buscar lo que les daba placer inmediato sin tener en cuenta el placer eterno. Dios los amaba y protegía, y el pueblo solo lo buscaba cuando lo necesitaba. Dios se siente traicionado, siente que le dio todo su amor a su pueblo, pero que su pueblo busco otros amores que nunca los iban a satisfacer como el amor verdadero de Dios.
La pregunta ahora es ¿Cuál es nuestra situación hoy? ¿Cómo estás delante de Dios? ¿Ocupa él el primer lugar en tu vida? Muchas veces se ponen otras cosas en primer lugar, pareciera que hay cosas que “son más importantes que Dios” no tenemos tiempo para orar o leer la Biblia a conciencia, pero sí para otras cosas que en la realidad no son tan importantes. Dios ve como un fornicario a aquel que no lo pone en primer lugar en su vida, por lo cual es sano pensar en que es nuestra responsabilidad serle fiel a Dios ya que él es nuestro primer amor.
No corramos tras otras cosas, no lo olvidemos, no le demostremos que no tenemos tiempo para él. No nos comportemos como fornicarios espirituales. Busquémoslo con el corazón, deseosos de encontrarlo cada día.
Pr. Flavio Calvo
