2017年9月7日 星期四

阿根廷教會每日靈修 - Devocional del Dia 07.09.2017



平安的永約

以賽亞書第五十四章節

 

「大山可以挪開,小山可以遷移,但我的慈愛必不離開你,我平安的約也不遷移,這是憐恤你的耶和華說的。”」這是何等美好的應許!

從本章可窺見錫安的哀歎,她好像寡婦,受盡羞辱,被神遺棄如被人休棄的妻子,然而,神重申祂對錫安不變的愛,以色列將得到的榮耀,神揀選的恩典,是信實可靠的,也是非常的奧秘,我們只能夠觀察神的旨意成就,讚嘆祂奇妙的作為,耶穌說:「但保惠師,就是父因我的名所要差來的聖靈,他要將一切的事指教你們,並且要叫你們想起我對你們所說的一切話,我留下平安給你們,我將我的平安賜給你們,我所賜的,不像世人所賜的;你們心裡不要憂愁,也不要膽怯。」

神因為祂的選民以色列人犯罪得罪祂,使他們被擄分散到外邦,失去了應許的美地,當他們被聖靈感動,知罪憂傷痛悔的時候,神就施恩再領他們回來,再安置在本地;且更藉著耶穌基督的救贖,使信祂的外邦人也歸為一體,同承受應許。

因此,經濟縱然改變,環境雖然會變化,我們在神裡面仍不致缺乏;身體如何軟弱,情緒如何變化,家庭狀態如何,人際關係如何,所有眼見的事物,主的平安不會改變,無論我們身在何處,都被穩妥地握在神的手裡;只要我們信得過祂,凡到祂面前的,祂總不撇棄我們,我們永遠安穩在祂平安的約裡!每逢艱難錯愕,環境不過是為難了我們的肉體,我們若把眼光放遠,不單放在眼前所擁有或所沒有的事物上,便體會到縱然我們的外體非常脆弱;但我們已經與基督一同在神裡面,我們所享有豐盛的平安,是所不能測度的。

要擴張你帳幕之地,隨著以色列人口的增加,他們要擴大疆域直到他們的國度包括整個世界,如今神的子民應該期待祂施行大事,只有當教會興起,憑藉信心尊神旨意與神同工,而即將救主的福音傳遍世界,神才會滿足,祂在地上的工作才算取得成功,神的子民今日也要準備好接受神,彌賽亞降世的時候,天軍曾宣佈神的信息:“在地上平安歸與他所喜悅的人”,祂要回到天父那裡時,留下了平安的應許。


盧光明牧師
 

 

La alianza eterna de paz

Isaías 54

"Aunque cambien de lugar las montañas y se tambaleen las colinas, no cambiará mi fiel amor por ti ni vacilará mi pacto de paz, -dice el Señor, que de ti se compadece.” ¡Cuán maravillosa promesa es ésta!

A partir de este capítulo podemos vislumbrar los lamentos de Sión, quien, cual viuda que sufrió toda clase de humillación, a quien Dios desamparó como cuando un hombre se divorcia de su esposa, sin embargo, Dios reafirmó su amor constante hacia Sión. La gloria que recibiría Israel y la gracia del escogimiento de Dios, son fieles, fiables y encierran un misterio extraordinario; nosotros sólo podemos observar la realización de la voluntad de Dios y alabar sus maravillas. Jesús dijo: "Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas, y les hará recordar todo lo que yo les he dicho. La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se las doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.”

En razón de que el pueblo escogido de Dios, es decir, los israelitas, pecó contra Él, permitió Dios que fueran llevados cautivos, que se dispersaran entre los paganos y que perdieran la tierra prometida; pero cuando fueron movidos por el Espíritu Santo, tomaron conciencia de sus pecados y se arrepintieron entristecidos, Dios extendió su gracia, los trajo de vuelta y los volvió a erigir en su tierra. Más aún, a través de la redención de Jesucristo, hizo que los paganos que creyeran en Él también formaran un sólo cuerpo, y fueran conjuntamente con los israelitas, herederos de la promesa.

Por lo tanto, por mucho que la economía sufra modificaciones, que el mundo circundante cambie, quienes permanecemos en Dios, nada nos faltará. Así como el cuerpo se debilita, cambia nuestro estado de ánimo, se altera la situación familiar, también las relaciones interpersonales, y todo aquello que está a la vista va a cambiar, la paz de Dios nunca cambiará. Dondequiera que estemos, Él nos sostiene firmemente en Sus manos. Siempre y cuando confiemos en Él, todo aquel que viene ante Él, no será dejado de lado, ¡permaneceremos firmes en su pacto! Toda vez que las dificultades nos aturdan, el entorno circundante sólo podrá poner en aprietos nuestro cuerpo; si fijamos nuestra mirada hacia lo lejos, no sólo en los objetos o asuntos que tenemos o no a la vista, experimentaremos que si bien nuestro cuerpo es extraordinariamente frágil, sin embargo, ya permanecemos en Dios mediante Cristo, el goce de la rica paz con el cual contamos es incalculable.

Ensancha el espacio de tu carpa. A medida que crecía la población de Israel, debía expandir sus límites territoriales hasta que su reino abarcase al mundo entero. Ahora el pueblo de Dios debe esperar que Él haga grandes cosas y sólo cuando la iglesia se levante, y por medio de la fe se someta a la voluntad divina y colabore con Dios en su obra, y difunda el evangelio al mundo, Dios será complacido. Será en aquel entonces que su obra se considerará logrado. El pueblo de Dios hoy debe prepararse para aceptar a Dios. Cuando el Mesías vino al mundo, el ejército celestial declaró el mensaje de Dios: "en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad", y cuando regresó al Padre, nos dejó una promesa de paz.

Pr. Alejandro Lu