奉獻的真意
利未記第一、二章
一. 甘心樂意的奉獻:「你們中間若有人獻供物給耶和華」(1):燔祭的頒佈沒有談到為何事獻祭,所以無論什麼理由,此祭必定是出於自動自發、甘心樂意的奉獻,而不是被要求、出於勉強的。今日的信徒,無論為什麼事奉獻、為什麼原因而有所付出,都當知道,神所悅納的心態,乃是歡歡喜喜的獻給主!
二. 聖潔無瑕的奉獻:「....沒有殘疾」(3)、「....要用水洗」(9,13)、「把鳥的嗉子,和髒物除掉」(16):獻給 神的祭牲無論牛、羊或鳥類,都必需外表健全、內裡清洗乾淨;同樣的,獻給 神無論是金錢或任何其它方式的奉獻,都必需拿出最好、且動機純正。奉獻不是出於任何私心、企圖心,而是單純地討 神喜悅,也因此奉獻者的生命需好像亞伯一樣,所獻的物和獻祭者本身都潔淨(正直、誠實),都討 神的喜悅!
三. 全然獻上的奉獻:「把一切全燒在壇上(全然奉獻13),當作燔祭,獻與耶和華為馨香的火祭」(9)。一切的意思當然是指完全的奉獻,燒是消耗,是潔淨。神要我們裡裡外外全都燒在祭壇上,不再做原來的自己,這就是指信徒的生活要徹底悔悟,全然獻上,如同保羅所建言的:「....將身體獻上,當作活祭,是聖潔的,是 神所喜悅的。你們如此事奉,乃是理所當然的。」(羅十二)所以我們當自問,我們所做的乃是為 神或是為自己?我們所賺取的、所付出的,是為 神或為自己?是為 神而活,或是為自己而活?
四. 一生單倚靠基督:「他要按手在燔祭牲的頭上,燔祭便蒙悅納,為他贖罪。」(4)舊約按手在燔祭牲的頭上,意味著人無法承擔自己的罪,除非有替代的生命為他流血而死,罪才能得以解決,神的公義才能得以滿足:「按著律法,凡物差不多都是用血潔淨的;若不流血,罪就不得赦免了。」(來九22)然而在新約,我們無須再獻祭叫動物無辜為我們而死,只單靠耶穌在十字架上所成就的,而得生命:「我們憑這旨意,靠耶穌基督,只一次獻上他的身體,就得以成聖。」(來十10)我們的一生也不能離開救贖的主而做什麼:「....離了我,你們就不能做什麼。」(約十五5)所以,關鍵的是,若要能有所奉獻給 神,必先藉著罪得赦免而得潔淨,才能成為討 神喜悅的人。當然我們要全然地奉獻自己,但無論如何總要知道,不是靠著我們,乃是靠著基督。是基督為我們贖罪、是基督代替我們死、且賜我們生命,奉獻其實是 神給我們的恩賜,更是因我們更多地住在基督裡面而有的生活態度。
La verdadera intención de la ofrenda
Levíticos 1 y 2
- Ofrenda de buena gana y no por obligación: “Cuando alguno de ustedes traiga una ofrenda al Señor”(v.1). Para el holocausto no se menciona ningún motivo, así que no importa la razón, esta ofrenda es voluntaria y de buena gana, no es un deber u obligación. Creyentes de hoy en día debemos saber, que no importa el por qué o para qué de nuestra ofrenda, la actitud que agrada al Señor es aquella que le ofrenda gozosamente.
- Ofrenda santa, sin defectos: “…sin defecto” (v. 3), “… se lavarán con agua”(v. 9, 13), “y le quitará también el buche y las entrañas…” (v. 16): Lo ofrendado a Dios ya sea ganado vacuno, ovino o ave debían estar completos por fuera, limpios por dentro. De la misma manera: Lo ofrendado al Señor ya sea dinero u otra ofrenda, debe ser la primicia y con la motivación correcta. La ofrenda no parte de nada egoísta o interesado, sino que es únicamente para agradar a Dios, por esta razón la vida de quien ofrenda debe ser como Abel, que tanto su ofrenda como el su corazón estaban limpios (rectitud, honestidad) y alegraban al Señor.
- Ofrenda completa: “lo quemará todo en el altar (ofrendar completamente v. 13). Es un holocausto, una ofrenda presentada por fuego de aroma grato al Señor.” (v. 9). El todo claramente significa una ofrenda completa, el quemar es destruir, purificar. Dios quiere que quememos por dentro y por fuera, completamente en el altar, dejar de ser el yo anterior sino ser un sacrificio vivo, quiere decir que debemos arrepentirnos genuina e íntegramente en nuestra vida creyente y entregarnos por completo, como dice Pablo “ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.” (Rom 12). Debemos autoexaminarnos, lo que hacemos ¿es para Dios o para nosotros mismos? Nuestras ganancias e inversiones ¿son para nosotros mismos o para Dios? ¿Vivimos para Dios o para nosotros mismos?
- Confiar únicamente en Jesús: “Pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima, la cual le será aceptada en su lugar y le servirá de propiciación.” (v. 4). En el antiguo testamento, el poner las manos sobre el animal a sacrificar simbolizaba que la persona no puede cargar con su propio pecado, a no ser que una vida muera en su lugar, el pecado no sería perdonado y la justicia de Dios no estaría satisfecha: “De hecho, la ley exige que casi todo sea purificado con sangre, pues sin derramamiento de sangre no hay perdón.” (Heb 9:22). Pero en el nuevo testamento, no necesitamos sacrificar animales para que mueran en nuestro lugar, sólo mediante la obra de Jesús en la cruz obtenemos nueva vida: “Y en virtud de esa voluntad somos santificados mediante el sacrificio del cuerpo de Jesucristo, ofrecido una vez y para siempre.” (Heb 10:10). Fuera de nuestro salvador no podemos hacer nada: “Separados de mí no pueden ustedes hacer nada” (Jn 15:5). Por eso la clave está en si queremos tener algo para ofrendar al Señor, debemos primero ser limpiados mediante el perdón de los pecados, así podremos ser agradables a Dios. Obviamente debemos ofrecernos completamente a Él, pero debemos tener en claro que no es por nuestras propias fuerzas, sino que es únicamente mediante Jesús. Fue Cristo quién quitó nuestros pecados, fue Cristo quién murió en nuestro lugar y nos dio vida. Realmente, la ofrenda es un don que nos da Dios, y también una actitud que debemos de vivir cada día en Cristo.